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Errores y aciertos en las estrategias de contacto directo

Por Alejandro Yordi W. 🇻🇪



La profesionalización de las campañas políticas ha avanzado a un ritmo vertiginoso en la última década, debido en gran parte a las innovaciones tecnológicas, pero especialmente por las múltiples iniciativas en el hemisferio que han ejecutado el ensayo y error, demostrando la verdadera eficacia de ciertos métodos y derrumbando mitos que se habían mantenido desde muchos años atrás.


Una de las áreas que se ha resistido más a la adopción de nuevas técnicas ha sido la que establece contacto directo con el ciudadano/elector. Pues a pesar de contar con nuevos canales para comunicarse con éste, como aplicaciones móviles y redes sociales de gran alcance, su uso se ha regido por los lineamientos de la comunicación masiva, más que por el lenguaje personalizado para una adecuada interacción. Todavia es posible observar cómo los dirigentes políticos pretenden dictar una línea y que el resto de sus seguidores y potenciales electores asienten y callen con obediencia. O en todo caso, abren espacios para recibir aprobación, pero nunca para aceptar la crítica o el rechazo justificado de un sector de la población.


En tal sentido, me parece conveniente señalar algunos de estos mitos urbanos que pueden perjudicar más que beneficiar. Es cuestión de entender el contexto en que pueden resultar útiles, y no seguirlos como un mandamiento de la profesión:


  • Abrir más canales de comunicación no implica aumentar el verdadero alcance de tu audiencia ni un mayor diálogo con tu elector. Pues tanto en los medios tradicionales como en los digitales, el público suele buscar lo que le interesa y entretiene, y no lo importante o relevante para su bienestar y comunidad.

  • Apostar a la generación de contenido para ser más original. Al igual que gastar más dinero en propaganda no te dará más utilidades, todo se trata de relevancia y coherencia con el momento político. Por lo que no es raro ver campañas exitosas sin grandes producciones.

  • Aferrarse a la segmentación de públicos genérica porque así lo proponen las empresas de estudio cuantitativo. Las categorías de cada audiencia se deben determinar sobre todo en base a la capacidad real de llegarles, y a las posibilidades y atractivo de nuestro producto, ya sea el líder o el proyecto.



Por otro lado, vale la pena destacar algunas nociones estratégicas de contacto directo que inevitablemente sumarán al éxito de la campaña. La envergadura de escuchar antes de hablar, por ejemplo, nos recuerda que es el elector quien nos dice lo que quiere escuchar, no para maquillar un proyecto sino para establecer empatía y luego poder persuadir. Asimismo, tener presente que la clave del contacto directo en principio no es el elector sino el activista que llegará a interactuar con cada elector, por lo que su preparación resulta esencial. Finalmente, comprender la necesidad de integrar los canales digitales y tradicionales para potenciar la interacción, teniendo claro que deben complementarse, como brazo de un mismo cuerpo, para que cada público profundice su conocimiento respecto a nuestro producto y permitamos que desarrolle un sentido de pertenencia logrando su fidelidad.