Los vaivenes políticos de América Latina
¿Está América Latina girando a la derecha?, ¿Qué procesos se vienen en la política regional?
*Originalmente Publicado en el Nuevo Diario de Argentina
Los procesos políticos latinoamericanos, cuando son mirados en términos históricos, muestran interesantes correlaciones históricas. Desde las declaraciones de independencia del siglo XIX en adelante, se sucedieron procesos políticos que muestran que nuestra región puede ser pensada como un todo con particularidades para cada país, pero con movimientos que guardan cierta coherencia.
Las dictaduras militares de los ´70 y comienzo de los ´80, la vuelta a la democracia, la ola de gobiernos neoliberales de la década de los ´90 y los gobiernos de izquierda y centro izquierda con el arranque del siglo XXI. Por supuesto que pueden plantearse varias excepciones en cada una de estas etapas, pero no tiene por qué haber unanimidad para que una tendencia sea confirmada.
Desde hace un tiempo se discute en la academia, y también en los medios de comunicación un pretendido giro a la derecha de la región latinoamericana. En ese sentido, en varias publicaciones he hecho referencia a que debe diferenciarse el movimiento ideológico de las sociedades de otro proceso que también se ha registrado en los últimos años, que es la dificultad de los oficialismos para sostener el poder político. pero analicemos el contexto.
Los gobiernos de izquierda de comienzo de siglo XXI
Los gobiernos neoliberales de la década del ´90 entraron en crisis en cadena por serios problemas sociales, por el incremento de las tasas de desigualdad (expresadas por ejemplo por el índice Gini) y por la consiguiente movilización de los grupos desfavorecidos por sus políticas, que se organizaron en opciones competitivas que fueron accediendo al poder en muchos países de la región. De este modo, se consagró presidente Néstor Kirchner en Argentina, Hugo Chávez en Venezuela, Lula da Silva en Brasil, Rafael Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia, xxx en Nicaragua, Tabaré Vázquez en Uruguay y Fernando Lugo en Paraguay, etc.
Estos procesos políticos redistributivos fueron también posibles por el enorme crecimiento de China y su gran demanda de materias primas, que llevaron a que el precio de las mismas fuera récord durante muchos años. Esta entrada de divisas también dinamizó el mercado interno, bajando las tasas de desempleo. Pero ese crecimiento no explica por sí mismo lo que sucedió en el continente, sino que enmarca una serie de políticas que favorecieron a los sectores de bajos o nulos ingresos (para citar sólo una, la Asignación Universal por Hijo entra en esta categoría), y generaron tensiones por la apropiación de los excedentes económicos con las clases medias y los sectores económicos concentrados.
La caída en la tasa de crecimiento chino y la baja de los precios internacionales de las materias primas, hicieron más complejo este proceso redistributivo, bajaron los niveles de apoyo de los gobiernos en la región, y recrudecieron las demandas de sectores medios y altos.
El giro a la derecha
En ese contexto, se da el triunfo de Mauricio Macri en la Argentina, Pedro Pablo Kuczinsky en Perú, la destitución (o golpe blando) a Dilma Rousseff en Brasil, el debilitamiento de la imagen de Michelle Bachelet en Chile, la derrota legislativa del gobierno de Maduro en las legislativas de Venezuela, y el No a la posibilidad de presentarse a la reelección para Evo Morales.
Este proceso implicó la derrota de varios oficialismos en la región. Aun en el caso de Ecuador, en el que triunfó recientemente el sucesor de Rafael Correa, lo hizo con una composición de Asamblea legislativa mucho menos favorable que en el pasado, y ganó la presidencia por sólo 2 puntos sobre el derechista Guillermo Lasso.
También debe decirse que el nivel de apoyo de los presidentes electos (o impuesto en el caso de Brasil) no atraviesa su mejor momento.
Lo que viene
En ese contexto se presentan varios procesos electorales en lo que resta de 2017 y en 2018 que servirán para confirmar o refutar ese corrimiento hacia la derecha. Las elecciones presidenciales de Chile (en las que encabeza el candidato de derecha y ex presidente Sebastián Piñera) y la de Honduras (en las que el presidente Hernández, de tendencia conservadora, pretende buscar la reelección, a pesar de las acusaciones de ilegalidad de la oposición), darán una idea sobre la continuidad de este proceso. Pero no debemos olvidar las legislativas en nuestro país, que serán el primer test regional sobre la fortaleza de los presidentes asumidos en esta nueva ola continental. Lo mismo podrá analizarse sobre la elección a gobernador del Estado de México.
En 2018 vendrá la elección presidencial en México (que hoy encabeza el candidato de izquierda López Obrador), las de Colombia y Costa Rica. Estas elecciones permitirán medir con más claridad el impacto de la victoria de Trump en Estados Unidos.
Es claro que se ha dado un corrimiento a la derecha en los gobiernos latinoamericanos. Lo que no está dicho de antemano es la duración y estabilidad d